1.1.11

PRIMER APRENDIZAJE (El gurú y el discípulo):

Un gurú prometió a su discípulo que había de revelarle algo mucho más importante que todo cuanto contienen las escrituras.
El discípulo, tremendamente impaciente, le pidió: “Maestro, quiero saber todo lo que tu sabes, quiero que me enseñes todos tus conocimientos, y lograr ser el hombre más sabio de la tierra”.
 El gurú le respondió: “Más importante de lo que yo te enseñe es lo que tu aprendas. Lograrás la verdadera sabiduría si eres capaz de aprender de todo aquello que te ocurra, si aprendes de tu propia experiencia, si eres capaz de tener la humildad suficiente para que tu actitud sea siempre la de estar abierto a todo lo que te dé la vida, de aprender de los grandes acontecimientos y de aquellas pequeñas cosas que parecen insignificantes”.
 “Sí, de acuerdo maestro” contestó aún impaciente el discípulo, “pero estoy deseoso de oírte, de que me enseñes y transmitas todo aquello que tu sabes”.
“Está bien” le dijo el gurú “Sal afuera, bajo la lluvia, y quédate con los brazos y la cabeza alzada hacia el cielo. Eso te proporcionará la primera revelación.”
Al día siguiente el discípulo acudió a informarle: “Seguí tu consejo, y me calé hasta los huesos... Y me sentí como un perfecto imbécil. “Bueno”, dijo el gurú, “para ser el primer día, es toda una revelación, ¿no crees?”.

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