1.1.11

ENSEÑAR NO ES IGUAL QUE APRENDER

Un amigo estaba convenciendo a otro de que había logrado enseñar a su perro a hablar. “Estoy contentísimo. He enseñado a mi perro a hablar”.
 “Eso no puede ser” le espetó el otro.
 “qué sí hombre, que he enseñado a mi perro a hablar”.
 Ante tal acontecimiento, al día siguiente el amigo fue en busca del perro a comprobar que éste hablaba y por más que lo intentó no logró sacar una palabra del mismo. Volvió a ver al dueño del perro y le dijo. “Eres un mentiroso. Me dijiste que habías enseñado a tu perro a hablar y no logré sacarle ni una sola palabra”.
A lo que contestó el amigo, “No te mentí y es cierto lo que te dije. He enseñado a mi perro a hablar, lo que pasa es que el muy estúpido no ha aprendido nada”.

No hay comentarios: